La
avena es una planta de la familia de las poáceas, un cereal
similar al trigo, arroz o cebada. Por pertenecer a la familia
de los carbohidratos complejos, mucha gente piensa que engorda,
lo cual está totalmente alejado de la verdad.
La avena por sí sola no engorda si es parte de una alimentación
saludable con balance, moderación, variedad y actividad
física, que incluya el consumo de otros alimentos ricos
en fibra, frutas, verduras, carnes magras, productos lácteos
bajos en grasa y otros cereales o harinas integrales.
Este cereal
ayuda al sistema digestivo a funcionar mejor y favorece la sensación
de saciedad, lo que es importante cuando se intenta controlar
el peso corporal.
Tradicionalmente, la avena se consume caliente y por la mañana,
pero la avena es muy versátil y hay otras maneras de comerla.
Se puede añadir
a los muffins, molletes, galletas, u otros cereales. También
se puede moler y agregarla a la carne molida en la preparación
de las albóndigas y otros usos más que los
expertos
culinarios están desarrollando para diversificar los menús.
Es muy bueno combinarla con fruta. Al hacerlo, los polifenoles
de la avena trabajan en concierto con otras vitaminas en las frutas
como la vitamina C, aumentando el poder antioxidativo, y por consecuencia
van a ofrecer una mayor protección en contra de las enfermedades
cardiacas. Así que una buena taza de avena con cítricos
como el melón, fresas o kiwi, hará de sus mañanas
un despertar delicioso y nutritivo.
Comerla a
diario es saludable, pero si se necesita variar la dieta para
hacerla más interesante hay otros cereales ricos en fibra
que se pueden consumir.
Otros beneficios
El aparato
respiratorio también se ve beneficiado por el consumo de
avena: la tos, bronquitis,
faringitis, inflamación de la
laringe y pulmones pueden mejorar si se toman semillas de avena
en dos litros de agua, repartidos durante el día en diferentes
tomas.
También
ayuda a reducir el colesterol, ya que posee fibra soluble que
absorbe agua, toxinas y exceso de colesterol malo circulante en
sangre. Reduce la tensión arterial, por su bajo contenido
en sodio y su alto aporte en potasio.
Además de estas propiedades para reducir el colesterol,
la avena ayuda a controlar los niveles de la glucemia.
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